En Hidromiel Guerrero siempre nos ha fascinado la mitogía nórdica, así que cuando decidimos hacer una variedad elaborada con manzanas no hubo ningún debate sobre el nombe a elegir.
La Diosa Idun
Dentro de la mitología nórdica, Idun era una de las diosas de Asgard (mundo donde habitaban los principales dioses nórdicos).
Se la conocía como la Diosa de la juventud, «siempre joven» o «la rejuvenecedora», porque era la encargada de custodiar la caja de fresno donde se hallaban las manzanas de oro. El poder de las manzanas no era otro que el de otorgar la inmortalidad y eterna juventud a los dioses.
Los dioses nórdicos envejecían como los mortales, por ello, acudían a la diosa Idun para recuperar la juventud por medio de sus manzanas.
Idun era para los dioses nórdicos el bien más preciado, por eso la cuidaban y protegían con mucho recelo.
Mitología: Rescate de la Diosa Idun
Según la mitología, un día los dioses Odín, Loki y Hœnir emprendieron un viaje a través de montañas y tierras salvajes. Pararon a descansar en un valle donde encontraron una manada de bueyes. Cazaron uno y se dispusieron a cocinarlo, pero cayeron en la cuenta de que no se cocinaba.
Mientras discutían tratando de encontrar la razón, escucharon una voz que provenía de una rama del roble que tenían cerca. Esa voz decía ser la responsable de aquel insólito acontecimiento.
Miraron hacia arriba y descubrieron con estupor un gran águila que de nuevo les habló. Les dijo que si le dejaban comer del buey primero, haría que el horno, que hasta el momento no había funcionado, cocinase su comida. Los dioses aceptaron. El águila bajó del árbol y comenzó a desgarrar y devorar la carne del buey con tal voracidad que Loki entró en cólera. Tomó su cetro e intentó golpearla, pero el arma se quedó pegada a su plumaje, con tan mala fortuna, que cuando el águila alzó de nuevo el vuelo arrastró a Loki consigo.
Mientras volaba, Loki gritaba y rogaba que le permitiera bajar. El águila prometió bajarlo con la condición de que atrajera a Idun fuera del Asgard con sus manzanas de oro. Loki no tuvo otra opción que aceptar.
En el momento acordado, Loki atrajo con engaños a Idun a un bosque fuera del Asgard. Le dijo que había encontrado unas manzanas que a su parecer ella debería tener. Le pidió además que llevara sus manzanas de oro para poder compararlas. Entonces el águila apareció y atrapó a Idun, llevándola volando consigo hasta su reino. El reino de Þjazi, un gigante de hielo que bajo la forma de águila había ejecutado el plan para hacerse con Idun y sus manzanas de oro.
Los dioses sin las manzanas de Idun comenzaron a envejecer. Sabían que la última vez que fue vista había sido en las afueras del Asgard junto a Loki. Amenazaron a éste con la tortura y la muerte si no traía de vuelta a Idun. Loki tomó prestado el abrigo mágico de Freyia, el cual le permitió adoptar la forma de halcón. Voló hasta el reino del gigante Þjazi. Allí encontró a Idun sola. Loki la transformó en una nuez y la llevó de regreso al Asgard volando tan rápido como pudo.
Cuando a su regreso, Þjazi descubrió que Idun se había ido, enojado volvió a convertirse en águila y salió en su busca. En la lejanía divisó a Loki y preso de la ira aceleró el vuelo para darle caza. Cuando los dioses vieron a Loki que volaba hacia ellos y que Þjazi iba justo detrás, encendieron una hoguera que Þjazi no pudo esquivar, quemando su plumaje y haciendo que cayera al suelo, donde fue atacado por los Dioses hasta la muerte.